"Gabriela, clavo y canela", de JORGE AMADO

No habíamos leído en el club literatura brasileña, la experiencia ha sido interesante a pesar de que la novela no ha entusiasmado, enseguida explico por qué, llevamos tanto tiempo de andadura entre libros que a mis compañeras no les cuesta ningún trabajo establecer las separaciones: por un lado la parte artística y por otro el debate que la lectura suscita, dichos coloquios siempre son sugestivos con independencia de que el libro guste más o guste menos. En el caso de “Gabriela clavo y canela” el exceso de personajes a muchas las confundía y eso que sobreentendían que la verdadera protagonista es la ciudad de Ilhéus en su proceso de desarrollo económico y social y que dentro del multitudinario elenco en realidad los personajes principales que componen el entramado son pocos: “las autoridades”, o personas “relevantes”, es decir lo que se ha definido siempre como “fuerzas vivas” (los coroneles, el ingeniero, el médico, el maestro, el juez, el librero…) y también daban por hecho que los demás personajes que van apareciendo en las páginas sólo sirven de apoyo para crear la atmósfera y la ambientación; que el punto de encuentro en el que todo confluye es el bar restaurante de Nacib, el brasileño de origen sirio, lugar neutral que a todos da cabida situado justo en el centro de la urbe y que el amor entre Gabriela y el sirio es el eje sobre el que la novela gira. Pero aún así a mis amigas les faltaba la imagen de algunos, y es una crítica digna de tener en cuenta porque el autor ve a los personajes en su imaginación pero ha de dar las pinceladas suficientes para que el lector los reconozca cada vez que aparezcan, con el nombre no basta aunque sean secundarios o simples figurantes, todas recordamos como Irene Nemirovsky llevaba un éxodo de gran cantidad de personas en “Suite francesa” sin crear ninguna confusión en el lector.

La novela de Jorge Amado les pareció además reiterativa en muchas páginas. Y a pesar de que supimos asomarnos a ella como quien va de visita a una ciudad y tiene el privilegio de que un ilustre guía autóctono le vaya mostrando paisajes, casas, habitantes y narrando los acontecimientos más llamativos e importantes de su historia reciente no enganchó sin que ello signifique que no le diéramos un valor enorme al hecho de poder ver con detalle cómo se va civilizando una ciudad que se configuró a tiros y a golpe de imposición por la fuerza; cómo se van puliendo y matizando las formas de pensar, las leyes…; cómo se gesta la corrupción, cómo la prosperidad requiere paz y cómo ésta se instaura aunque al principio se base en intereses más que en solidaridad. Una de nosotras le concedió al autor un mérito enorme por levantar una ciudad y meter en ella a tantos personajes, darles vida y saber llevar el orden de aparición de cada uno de ellos en el momento apropiado.

El autor dibuja con mano maestra a los personajes femeninos para que veamos las pocas opciones de libertad y desarrollo personal y laboral que tenían en el tiempo que nos refleja, -o eran esposas o eran mancebas, y en un escalafón descendente prostitutas, no había otra salida-, Jorge Amado nos sirve un contraste entre las leyes naturales y las sociales a través de Gabriela a quien representa como espíritu libre e incontaminado por intereses materiales, ella es la reivindicación de la alegría y la naturalidad instintivas, es un regalo precioso, atrevido y valiente que el autor nos hace para demostrar que se puede vivir fuera de las presiones e imposiciones sociales, la solución que el escritor busca puede compartirla o no el lector, pero lo que no puede negar es que fue un adelantado que nos dijo que la convivencia en pareja se puede vivir de muchas formas sin necesidad de hipocresía y que los compromisos que ambos adquieran sólo a ellos les competen. Gabriela no es flor para un jarrón, ni ave para jaula, Amado supo hurgar en el corazón femenino para poder explicar cómo se mutila la alegría de una mujer, cómo se le apaga el fuego: con críticas y control, con moldes en los que no cabe. El ave de paso si se queda es porque quiere.

Confieso que durante muchas páginas me impacienté muy mosqueada preguntándome si la novela iba a transcurrir todo el tiempo por la exaltación de la belleza femenina juvenil, por lo de ganarse al hombre por el estómago, -Gabriela es una cocinera extraordinaria-, por lo del reposo del guerrero, -Gabriela es fogosa, complaciente y entregada-, por lo de darle valor, a la mujer que permanece al lado de un hombre, sólo cuando su “posesión” le interesa a otros, es decir por el aguijón de los celos… En fin, que si el masculino discurso iba a ser el habitual de las bromas, macheríos y fanfarronadas de bar de algunos tíos pues yo me apeaba del barco, me reproché la falta de sentido del humor e incluso alguna animadversión envidiosa por mi juventud perdida y así anduve por los renglones despotricando hasta que llegué a Malvina y el pasaje de la brutal y humillante paliza que le propina su padre y vi cómo a pesar de todo ella no se doblega y decide que no necesita a un hombre para desarrollar la vida que desea, entonces entendí al fin el retrato que el autor estaba haciendo con las luces y las sombras y le agradecí esa mirada irónica pero tierna propia de quien ve los defectos de sus seres queridos con equidad pero no por ello deja de amarlos, vi cómo plasmaba con sus pinceles un tiempo y comprendí hacia donde estaba inclinando la balanza: siempre hacia los desfavorecidos y las mujeres lo eran en Ilhéus y desgraciadamente en muchos casos y lugares lo siguen siendo, no hay más que recorrer el mapa para comprobarlo. Amado no pone por casualidad a los transeúntes del Sertao llegando a Ilhéus, como tampoco dice por casualidad que se les llamaba esclavos, con ellos ensambla los dos mundos y Gabriela es el broche, también Clemente sueña con adquirir un terreno para tener algún día su plantación de cacao, pero todos sabemos que eso no es posible.

Una de mis compañeras refiriéndose a Malvina se preguntó con pesar por qué la rebeldía, la revolución siempre comenzaba en las clases altas, era una pregunta retórica, ella misma se respondió que porque dichas clases poseían la información.

No sólo se requieren los medios de producción también se necesita el acceso a la cultura y dicho acceso para bien o para mal pertenece a la burguesía, no obstante las mujeres de distintos estratos que salen en la novela son valerosas, Gabriela es analfabeta pero cuando ha de tomar posición asume el riesgo y tiene muy claras sus lealtades, ese detalle nos llevó a pensar con alegría que tal vez el sentido de la justicia sea innato, otra compañera subrayó que Gloria, la manceba, a su modo también se reivindica saliendo al balcón para mirar y dejarse ver frente a una sociedad que de noche la consiente y en público la repudia, y por último la madre de Malvina levantando la voz para gritarle a su marido “No mates a MI hija” también demarca el límite.

Jorge Amado fue el político más votado de Brasil, más tarde sufrió persecución y exilio por sus ideas, primero fue asilado en Argentina, después se refugió en París y finalmente fue acogido en Praga, sus libros fueron quemados, -a los represores siempre les da por la piromanía inquisitoria-, por eso es un gozo saber que hoy el aeropuerto del paraíso que es Ilhéus lleva su nombre y que podemos comer en los dos restaurantes que aparecen en la novela, sé que de algún modo Gabriela inspirará los platos que en el 2012 sirven en el Vesubio, y en él sentiremos la presencia de Nacib que tanto se parece a Jorge Amado.

Es muy hermoso el final en el que el sirio como al principio vuelve a comprar un broche para Gabriela, el pequeño adorno es una sirena, creo que ninguna imagen podría definirla mejor, pero yo quiero agregaros la mía: durante toda la lectura Gabriela me recordaba la preciosa canción de Joan Manuel Serrat “Como un gorrión”. Creo que le va como anillo al dedo, (no me refiero al de matrimonio que nunca se quiso poner sino a cualquiera de los otros que Nacib le regalaba sólo por el placer de obsequiarla para que sonriera feliz). Aquí os la dejo como regalo.


Es menuda como un soplo
y tiene el pelo marrón
y un aire entre tierno y triste
como un gorrión.

Le gusta andar por las ramas
ir de balcón en balcón
sin que nadie le eche mano
como un gorrión.

Nació libre como el viento,
no tiene amo ni patrón
y se mueve por instinto
como un gorrión.

Pajarillo pardo...
En la Carrera de San Bernardo,
quedó tu nido seco y vacío
quizá algún niño ya lo robó.

Pajarillo errante
que bebe el agua de los estanques
y de mi mano jamás comió.

Y no le vende al alpiste
su calor ni su canción
por ahí busca su lechuga
como un gorrión.

Y le da pena el canario
pero no envidia a un halcón.
Le gusta volar bajito
como un gorrión.

Y tutearse con las nubes
y dormir en el rincón
donde no llegan los gatos
como un gorrión.



Un abrazo y hasta el próximo encuentro en el que habremos leído “La niebla y la doncella” de Lorenzo Silva.

Pili Zori

9 comentarios:

  1. jejej stubo bueno la novela pero tenia una pregunta..........gabriela y clavo y canela son las mismas novelas???

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    1. Sí, son la misma novela y la misma persona, a la protagonista la nombran así, porque cocina maravillosamente y huele a clavo y a canela, dos aromas muy atrayentes. Un abrazo Pili Zori

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    2. En el libro que yo leí se le llamaba Grabriela clavo, porque olía a clavo de olor, y canela por el color de su piel

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    3. Así es querido Andrés, la canela también es el precioso color de su piel, gracias por matizarlo y por asomarte por aquí. Un abrazo. Pili Zori

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    4. Así es querido Andrés, la canela también es el precioso color de su piel, gracias por matizarlo y por asomarte por aquí. Un abrazo. Pili Zori

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  2. Excelente analisis...desde el corazon

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    1. Gracias Marce por tu visita y por tu amable comentario Un abrazo. Pili Zori

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  3. tambien tenia otra pregunta x lo q stube leyendo sta novela fue vasada en una historia real o noooo????

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  4. No sé exactamente si es una historia referida o ficción, pero ya sabes que en literatura eso no importa, los autores construyen sus universos prestándole a sus historias fragmentos extraídos de la realidad para crear la "realidad" de su ficción, la belleza radica en la forma de contarlo. Gracias por tu visita, un abrazo. Pili Zori

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